Tradición: La huella de un clásico

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Porque un buen mueble es para toda la vida. El maravilloso oficio de la fabricación de mobiliario dejó su huella en nuestro país; decoradores, arquitectos y ebanistas que marcaron pauta con sus diseños en una época en donde poco y nada se sabía de decoración. Era el comienzo del siglo XX y con minucioso talento, usaban plantillas hechas a mano, no transaban la calidad de los materiales ni el rigor de su fabricación. Por eso sus muebles resistieron al tiempo y hoy son de parte nuestra historia.