Oficina: en tiempos de cambio

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Espacio líquido, tecnología móvil. La oficina se transforma al instante para sostener los modos de trabajar de hoy, ecos de las nuevas estructuras de pensamiento. Así lo planteó Cristiana Cutrona en la instalación para el último Salón del Mueble de Milán, donde analiza quiénes son y serán los nuevos trabajadores.




Hace dos años Michele De Lucchi invitaba a pensar la oficina y el modo de moverse por ella como un paseo, una caminata para abrir la mente, conectarse con las ideas y fluir por sus espacios.

Este año, en la edición 3.0 de Workplace en el Salón del Mueble de Milán, Cristiana Crutona, la arquitecta y curadora a cargo, sigue las huellas de su predecesor, pero profundiza preguntándose por el nuevo tipo de ser humano que ocupa ese espacio y, por ende, cómo será la oficina para las próximas generaciones, determinada por los cambios culturales y cognitivos del nuevo ser humano que ya trabaja y trabajará de otro modo.

Ya no pensamos, elaboramos información igual que antes, y esto supone otro tipo de tareas y de espacios para desarrollarlas. Es lo que nos cuenta Cristiana, cuya oficina de arquitectura, Revalue, ha colaborado de cerca con Facebook o Twitter, dos buenos ejemplos de la transformación que viven los espacios de trabajo.

Nos instalamos en una mesa que recuerda los muebles de la instalación de De Lucchi, es Hub de Fantoni, según ella, el único proyecto que ejemplifica bien hacia dónde debe apuntar la oficina que viene. Bien sirve de puesto de trabajo, mesa de reunión colaborativa o para... ¿almorzar?

¿El proyecto de este año siguió los pasos de Michele De Lucchi? Hay un 'file rouge' que hemos retomado a propósito de su proyecto porque era un lanzamiento a un modo nuevo de ver el espacio de trabajo, principalmente por el concepto del movimiento. El título de su instalación de hecho era La Passegiatta, el paseo, y lo hemos retomado con una clave de lectura nueva. En el espacio oficina que estamos acostumbrados a ver hoy, el individuo se mueve entre los objetos en relación a la actividad que debe desarrollar. Viene invitado a usarlo como si su puesto no fuese solamente el escritorio, sino el conjunto de las herramientas que tiene a disposición, por lo tanto se mueve desde ahí hacia una sala donde hacer teleconferencias, llamadas, o hacia otros espacios equipados para la colaboración y compartir. Creemos que no es suficiente hablar de movimiento hacia y entre los objetos en el espacio, sino que las cosas deben moverse junto con nosotros, no el sentido reductivo –que tengan ruedas y que las llevemos–, sino en sentido más profundo, en la medida del ambiente que se vuelve mutable.

¿En qué sentido es mutable el ambiente? Sobre nosotras hay una maravillosa escultura, luminosa, una suerte de cinta de nubes, que sintetiza muy bien el concepto en tres palabras, es una metáfora. Nos inspiró esta frase de Karl Popper, que dice que debemos pasar de la lectura de los relojes a la lectura de las nubes, en el sentido del pasar de un mundo determinístico y previsible a uno imprevisible. Estamos viviendo un gran cambio, justamente un momento de transición a una nueva era, que tiene en la base la aceleración debida a la innovación tecnológica, a la que reductivamente nos referimos solo en el campo de lo digital, pero si pensamos en la robótica, la nanotecnología, el progreso de la medicina, nos damos cuenta de cómo todo esto tiene un impacto muy profundo sobre nuestro ser humano.

¿De qué modo nos impacta la tecnología? En nuestra estructura cognitiva somos animales, pero somos resilientes, y esto nos permite modificarnos en relación a aquello que tenemos alrededor. Es evidente que la tecnología no es solo la red, se ha vuelto una suerte de telaraña que nos envuelve, la nervatura (el sistema nervioso) de lo real, y siempre lo será más. Cómo nos relacionamos nosotros con esta nueva realidad y cuál debe ser la respuesta del ambiente de trabajo respecto de ella, ese es el tema, el cambio cultural. Debajo de la definición de trabajo feliz está el preguntarse por el sentido de este ser humano, de su modo de trabajar y consecuentemente de la forma del espacio.

Espacio Cronotópico y Nuevas Estructuras Cognitivas

"Un modelo en el que nos inspiramos es el líquido, fluido, de Bauman, al que corresponde un espacio que es también líquido poroso, fluido y resiliente, que hemos definido como adaptativo, listo para cambiar al instante, porque la dimensión temporal a la cual se refiere el proyecto es el instante, que contiene en sí todos los tiempos", dice Cutrona. Es el instante de San Agustín, explica, que "contiene en sí el presente del presente, el presente del pasado, el presente del futuro, o sea, las emociones, las expectativas y la memoria, la historia, tradición y nuestra cultura. Cambia la relación con el espacio...".

... Y con el tiempo. Y con el tiempo, y entonces ya no es más suficiente mirar las tres dimensiones del espacio, sino también, junto a la dimensión tiempo, una realidad cronotópica. Esto impacta no solo el workplace, sino también el lugar que se habita, la ciudad, en el sentido más amplio: la smart city, smart house, en realidad son una entidad única, los diversos lugares de vivir.

Y según tú, ¿cómo nos ha cambiado o estamos cambiando con toda esta tecnología? Cambian nuestras actitudes, capacidades cognitivas y nuestro modo de relacionarnos.

Hay una serie de investigaciones y estadísticas: Millenium, Generación Z, poco importa. Hay menos capacidad mnemónica, pero una velocidad de elaboración mucho más amplia, también una gran dificultad de concentración. Muchos lo relacionan solo con el fenómeno de molestia, de estrés en el ambiente de trabajo, olvidando cuánto de todo esto se ha vuelto estructural. El estrés es un componente que reduce la capacidad de concentración y la performance de la persona; pero en la base, incluso en condiciones de estrés, hay una estructura del cerebro que ha cambiado y que tiene menos aptitudes para la concentración si no se activa en modo particular. De ahí que tengamos cada vez más necesidad de espacios para la creatividad. Muchos en el pasado han banalizado las experiencias de grandes empresas que connotan el espacio...

¿Te refieres a espacios tipo Google?

Exacto, Google, Facebook, Twitter. Estos dos últimos son nuestros clientes, he conocido muy bien sus realidades internas. No es una cuestión de estética o de moda, es un estudio profundo sobre las reacciones de las personas y el modo en el cual se activa el pensamiento lateral, el creativo, libre de perímetros; el espacio-tiempo de la imaginación se abre en la mente en el momento en que viene estimulada adecuadamente. Pensando entonces en este cambio, en las nuevas generaciones y en el espacio de trabajo, se vuelve un componente fundamental junto a los lugares analizar las necesidades. Es necesario tener espacio para la creatividad al interior de las oficinas.

¿De ahí la definición de trabajo feliz, Joyfull sense of work? El trabajo feliz viene de la consideración de que el individuo feliz es el que realiza su objetivo y lo puede hacer si tiene a disposición un ambiente de trabajo nutriente y fecundo.

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