La ley Pereira

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Esta es una casa con carácter, construida en los años cincuenta y remodelada hoy por PAR Arquitectos. Se mantuvo el lenguaje original pero se remodelaron baños y cocina, además de una ampliación y cambios estructurales astutos. Un buen vivir es lo que se lee y percibe aquí.




El arquitecto Álvaro Cortés, socio de PAR Arquitectos, su señora –diseñadora– y su hija de 3 años viven aquí en esta Ley Pereira de los años cincuenta, en un sector de Santiago muy tranquilo y acogedor. Lo entretenido es que la tarea fue como del tipo 'hágalo usted mismo', pues la remodelación de esta casa estuvo a cargo de él, en compañía de su señora, cuyo buen gusto hizo que las cosas terminaran de calzar. Se iban de su antiguo departamento en Providencia para establecerse en una casa, y se toparon con esta, que, para su alegría, cumplía con ciertos requisitos que la hacían muy atractiva para la familia. "Cuando buscamos –dice Álvaro– queríamos una Ley Pereira que de hecho estuviera en mal estado para vivir nuestro proceso de remodelación. Con mi señora nos entretiene esta tarea, y además la casa era perfecta: una Ley Pereira completa –con tres piezas y dos baños en el segundo piso–, y tenía la posibilidad de que bajo alguna maniobra podíamos armar una salita que mantuviera la pieza de servicio y el baño de visitas también. No estaba en tan malas condiciones, pero había sido 'víctima' de algunas intervenciones no muy 'alegres'. Bajo ese escenario vimos ciertas virtudes que nos gustaron, como el barrio, superconsolidado y tranquilo, y nos decidimos a remodelar sabiendo los defectos que tenía la casa".

"En la cocina trabajamos un muro de cerámicas solamente, en diagonal, y levantamos un mármol de Carrara a un costado. Las cubiertas de la cocina son Silestone gris tipo concreto", detalla Cortés. 

Remodelar

"Nos centramos en tres puntos para la remodelación: intervenir baños y cocina, y, por otro lado, hicimos una ampliación donde armamos una salita que sale al jardín, y pudimos además configurar una bodega; y la tercera era otorgarle algún carácter especial a la casa. Es una casa pareada por un lado y hacia la calle estaba bien fea. Decidimos botar entonces el muro hacia el antejardín y reconstituir un muro de ladrillos en celosía pintado blanco muy propio del Vitacura antiguo y que fuera el fondo del living y comedor para configurar ahí una nueva terraza. Por ambos lados constituimos jardines bien verdes", explica Álvaro.

En el segundo piso se mantuvo el parqué; en el primer piso, en cambio, se recuperó el piso; antes de la remodelación había uno flotante y se reconstituyó con parqué. En el segundo piso resalta una baranda –la de la escalera– pintada amarilla, que le da un lenguaje más contemporáneo y chispeante.

La casa, a grandes rasgos, es una que mantiene el espíritu antiguo con ciertos detalles contemporáneos, pero que se rejuveneció para la vida actual, y con muy buen gusto. Es un espacio limpio, con focos de color, donde resalta el uso de la madera como lenguaje unificador, los muros blancos, con linos y colores crudos como paleta principal.

Álvaro dice que la salita se 'la tomó' su hija, y detalla que ahí solo se prende la tele para ver Barney. Ellos, en cambio, aprovechan el living, donde tienen un proyector para ver películas. pararquitectos.cl

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