En Buenos Aires: Comprar antiguo

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San Telmo, el barrio más antiguo de la capital porteña, mantiene su histórica fisonomía intacta y presenta la mayor variedad de antigüedades de Sudamérica. Un recorrido imprescindible para los amantes de los objetos con historia.




San Telmo, con apenas 1,2 km², es el barrio más pequeño de la ciudad de Buenos Aires y también uno de los más antiguos. Allí, en la llamada sede del casco histórico, las calles permanecen empedradas y se preserva el patrimonio arquitectónico porteño, conformado por casas coloniales con rejas de hierro forjado e innumerables construcciones de estilo inglés, francés y art nouveau.

San Telmo es también el lugar con mayor concentración de anticuarios después del mercado de París. En su reducido perímetro hay al menos 500 anticuarios declarados, aunque algunos de ellos, en los últimos años, mudaron sus objetos a pequeñas galerías, a depósitos o incluso limitando sus ventas al formato web. "Y no es de extrañar que la Argentina sea el país con más y mejores antigüedades en Sudamérica –explica Luis Guevara, vicepresidente de la Asociación de Anticuarios y Amigos de San Telmo–, los muebles y objetos que tenemos aquí llegaron con las diversas inmigraciones europeas o son de familias muy ricas que compraban por catálogo a principios del siglo XX. No hay que olvidarse que Argentina fue el quinto país más rico del mundo en aquel entonces, y lo que no se traía de afuera por encargo se compraba en las sucursales locales de las mejores marcas europeas que venían a instalarse al país", agrega.

Entre las exquisitas tiendas que ofrecen piezas codiciadas por coleccionistas de todo el mundo se alza la plaza Dorrego. Allí cada domingo se monta la famosa Feria de Antigüedades de Plaza Dorrego, con más de 270 puestos especializados. Esta plaza es la segunda más antigua de la ciudad (luego de la no tan lejana Plaza de Mayo) y antes de su fundación albergaba un mercado de alimentos que, en 1783, fue trasladado a su dirección actual, con salidas a las calles Defensa y Bolívar. Este mercado, aunque hoy cobija infinidad de puestos de antigüedades, además de los alimentos de antaño, fue un símbolo citadino y su estructura de hierro fue proyectada por el mismísimo Eiffel, el de la torre parisina.

En San Telmo, además, sucedía todo lo importante: se fundó la capital argentina, en el histórico parque Lezama que antiguamente coronaba al Río de la Plata, y hacia mediados del siglo XIX era el barrio elegido por los más ricos y los patriotas. Las magníficas mansiones de las familias patricias fueron abandonadas en 1871, con la epidemia de fiebre amarilla, y alquiladas a los inmigrantes más humildes, quienes las subdividían para conformar los llamados 'conventillos' (casas compartidas por varias familias) que proliferaban en San Telmo y en los vecinos barrios de La Boca y Monserrat, entre otros.

Con la multitud llegó también la decadencia y San Telmo permaneció en el olvido hasta 1970, cuando se creó la célebre "Feria de cosas viejas y antigüedades", con el objetivo de que los porteños valorasen el patrimonio histórico. De este modo quedaría concebido el polo de antigüedades que conocemos hoy y que convoca a turistas y compradores de todo el mundo.

En los últimos años, además, la zona fue cambiando su fisonomía y se abrieron tiendas de diseñadores, galerías de arte contemporáneo y diversos locales gastronómicos que vale la pena conocer.

ALTRI TEMPI, Humberto Primo 367 En este local conviven propuestas de las más variadas. Desde sillones ingleses y mesas francesas hasta cuadros contemporáneos, miniaturas chinas o lámparas de los años 70. "Proponemos un mix de estilos, que es lo que se usa ahora", explica Jorge Gudiño, su dueño. "En los años 80 los clientes buscaban mobiliario inglés y teníamos gran cantidad de antigüedades de ese origen, pero hoy el gusto es más variado y la moda propone reunir objetos y muebles para generar un estilo distintivo en cada ambiente. A ese tipo de gusto decorativo apelamos nosotros", concluye Gudiño.

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MIDCENTURY, Defensa1181/Depósito en Defensa 1456 El local de Santiago del Campo está ubicado en una casa histórica que perteneció a la familia Ezeiza. Detrás se alza la imponente mansión devenida conventillo que hoy alberga un pintoresco paseo de compras. Del Campo ofrece muebles de mitad de siglo de origen escandinavo, italiano o alemán (incluidos originales de la Bauhaus) como sillones, mesas de madera o de vidrio con base de aleación de aluminio, sillas y lámparas. Sus productos son todos originales "porque en aquella época todas las empresas de mobiliario tenían una sede en Buenos Aires", explica, y agrega que también rescata diseños de grandes nombres argentinos como los sillones Bonta, entre otros.

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HERNANI, Defensa 1047I nicialmente especializados en objetos provenientes de demoliciones, Hernani se hizo conocido por sus originales chimeneas, arañas, mármoles, rejas de hierro y puertas de gran tamaño. Hoy, sin embargo, esta tradicional casa ofrece todo tipo de antigüedades de altísima calidad y en 1998 fue elegida por Sotheby's para participar en calidad de asociada en su sitio de subastas por internet. De este modo, Hernani alcanzó la fama internacional y hoy tiene una vasta cartera de clientes en todo el mundo. Sus muebles y demás objetos son de origen argentino, llegados desde Europa con la primera inmigración.

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GUEVARA GALLERY, Defensa 982 / Balcarce 1084 /Arenales 1141 Especializados en art nouveau y art deco. Luis Guevara es también vicepresidente de la asociación de anticuarios y ayudó a crear las asociaciones argentinas de art nouveau y art deco que buscan proteger y revelar el patrimonio de cada estilo.

"Trabajo como anticuario hace muchísimos años, pero en un momento decidí especializarme en estos dos estilos. ¿Por qué? Entre otras cosas porque en Argentina hay un enorme caudal de piezas de gran valor de ambos estilos. Me atrevo a decir que aquí hay más piezas que en los museos de Francia, porque Francia exportaba todo a la Argentina", explica Guevara. En sus dos locales se pueden encontrar muchas obras de vidrio pertenecientes al periodo art nouveau y otras tantas piezas del periodo art deco firmadas por grandes artistas de la época como Charles Schneider o Muller Fréres, entre otros.

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NÁPOLES, de Gabriel del Campo, Av. Casero 461 / Bethlem 427 Gabriel del Campo empezó a coleccionar antigüedades hace más de 30 años. Comprador compulsivo, llenaba depósitos con sus hallazgos y llegó un momento en que decidió dedicarse al anticuariado. Su estilo es muy personal y en él convergen el gusto por autos y motos (que restaura y revende), ropa vintage (que engloba en su marca Red Baron) y muebles y objetos de variados orígenes. "No soy un anticuario típico y desde el principio me dediqué a hacer puestas en escena en lugar de vidrieras. Era el hazmerreír de San Telmo", cuenta. Este galpón, ubicado en la renovada Avenida Caseros, es el último de sus emprendimientos (tiene otro galpón en San Isidro y un local frente a la Plaza Dorrego). Allí conviven infinidad de objetos decorativos y una galería de arte contemporáneo, junto con el proyecto gastronómico que abrirá sus puertas a mitad de febrero: un lugar mágico para tomar un aperitivo temprano acompañado de los mejores fiambres italianos, o una pizza casera junto con un trago diseñado por un barman de renombre internacional.

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HARTURO, Arenales 1273 / Gorriti 4886 En Recoleta, no muy lejos del límite de San Telmo, se desarrolla un circuito paralelo de decoración clásica que utiliza las antigüedades como elemento inspirador o complementario. Guevara Gallery tiene una sede en la calle Arenales (epicentro de esta zona decorativa) y reconocidas casas como Harturo o Duveen se enfrentan una cuadra más allá, sobre la misma calle. Sus eclécticas propuestas incluyen muebles y objetos desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX, restaurados, laqueados y/o lustrados, que se conjugan con el espíritu actual de las propuestas de sus diseñadores. Las mismas incluyen muebles de madera paraíso, guindo o enchapados de pergamino (cuero natural), entre otras cosas.

harturodesign / @harturodesign

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GUÍA PRÁCTICA PARA COMPRAR ANTIGÜEDADES. Si bien hay otros circuitos donde comprar antigüedades, como el tradicional mercado de pulgas de Palermo, la mejor calidad se concentra en San Telmo, donde los muebles y objetos son originales y meticulosamente seleccionados por verdaderos 'connaisseurs'. El circuito de Recoleta es recomendable también para quienes buscan un mix de estilos y objetos 'aggiornados'.

La mayor cantidad de locales de antigüedades de San Telmo se concentra a lo largo de la calle Defensa, pero vale la pena recorrer las calles aledañas para dar con verdaderos hallazgos.

Si lo que se quiere es pasear y conocer la Feria de la Plaza Dorrego con sus pintorescos puestos especializados, además de espectáculos callejeros, hay que visitar San Telmo los domingos; día en que también se instalan infinidad de 'manteros' (vendedores ambulantes) sobre la calle Defensa. Pero si lo que se quiere es comprar antigüedades con tranquilidad y ser atendido con esmero, es recomendable visitar los locales durante la semana, ya que los mismos permanecen cerrados los días Domingo.

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