Cerámica en Chile, nuevos focos

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Curiosamente, estas tres personas reverencian el trabajo de los ceramistas que crean piezas citadinas pero con alma, que cambian completamente la experiencia de tomar té o comer. Sin embargo, ellos eligieron otros caminos, unos que se han abierto más recientemente y que se alejan bastante de la visión de la cerámica como material de artesanía.




XIMENA DUCCI. Como medio ancestral, con orígenes utilitarios, con extensa tradición ligada a la artesanía, a la cerámica le costaba entrar a las galerías de arte. Pero desde hace algunos años Ximena Ducci la ve en manos de artistas que entienden el material fantástico que es. "Como editora de la revista Esteka (publicación dedicada a la cerámica que aparece dos veces al año) organizamos exposiciones y hemos podido ver un incremento en la calidad de las propuestas. Están realmente muy interesantes", dice Ximena. Como muchos de los ceramistas que más llaman la atención, la revista Esteka surgió en el taller Huara Huara. "No había nada que contara lo que se estaba haciendo en cerámica en Chile. Asumimos ese rol e incluimos todos los países de habla hispana. Comenzamos en 2006 y seguimos hasta hoy, mejorando y llevando la revista a cada encuentro y bienal a la que viajamos. Nos han contactado publicaciones hasta de China para publicar reportajes nuestros. También hemos descubierto ceramistas y posteriormente han sido invitados a encuentros internacionales".

Pero además de la difusión, Ximena Ducci ha tenido un rol en la expansión de los límites tradicionales de la cerámica desde la creación. En el año 1994, saliendo de arte con especialidad en grabado de la PUC, descubrió la cerámica en el taller Huara Huara y lo adoptó como material para siempre. "Me fascinó y me tiene cada vez más interesada. He ido desarrollando distintos temas, aunque hace varios años estoy trabajando simbólicamente el tema de la casa. Siento que es reconocible por todo el mundo y es una forma contundente, a penas la ves sabes de qué se trata y se presta como forma para ir trabajando en ella distintas ideas. Partió de una manera muy simple, 'grafiando' la superficie, venía con eso desde la U. Luego fui jugando con las texturas, abriéndolas, cerrándolas; hubo una etapa surrealista con objetos en medio, encima; hubo una casa maleta, una frutero, una nido".

Para Ximena la gran huella que deja Huara Huara tiene que ver con una tradición y una diversidad natural desde su formación, con la manera en que Ruth Krauskopf siempre ha logrado traer exponentes internacionales con nuevas técnicas e ideas. "Es un taller con mucha vitalidad creativa. Tiene una excelente pasta y un horno que quema bien todo el tiempo. Es algo muy estimulante trabajar ahí. Se profundiza harto y es exigente como espacio. Se crece mucho en cerámica ahí". ximenaducci.cl

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RODRIGO PINTO. Por la forma en que Rodrigo Pinto proyecta en el papel –porque era lo más plástico que encontró–, aunque no se define como ceramista, desde que estaba en la universidad la cerámica se convirtió en el material con el que hace diseño y muchas veces cruza la línea hacia el arte; aunque tampoco se define como artista. Los vasos que hizo en la época del descubrimiento, en los que ya demostraba una intención de apartarse de las reglas con brochazos libres sobre el esmalte, son las piezas que hasta hoy más vende, aunque Rodrigo dice que ya no lo representan. Los vasos recibieron distintos tratamientos, con oro líquido, con gráficas.

A continuación creó una pieza muy compleja que no servía para nada, compuesta por dos partes no podía hacer más que sostener una sola flor. "Lo poético era lo más relevante para mí", dice Rodrigo sobre ese primer enfrentamiento con los postulados del diseño.

Un día Rodrigo le envió un mail a Nacho Carbonell, un referente del diseño en Europa. Tuvieron una entrevista por Skype y Carbonell lo invitó a trabajar en su taller en Holanda. "Yo había trabajado en materiales y tenía muchas ganas de ir, eso era todo lo que a él le interesaba. Esa experiencia direccionó y maduró mi horizonte. Entendí lo que estaba haciendo y cómo tenía que hacerlo. Pasé de piezas muy controladas, de la búsqueda de la perfección, porque ese era el lenguaje que me pedían acá, a darme cuenta de que lo que realmente importa es que hable de ti, que veas a la persona que proyecta". Un ejemplo muy simple de la experimentación que hizo allá: tomó la pasta y la mezcló con perlas de polietileno, las que se fundieron en el horno y crearon una textura. El resultado son piezas frágiles, con un feeling y un look muy especiales, que se van deteriorando con el paso del tiempo de una manera intencional, lo que es parte de su encanto. Los vasos apocalípticos se pueden ver en E.N.D., en el GAM.

Pero la última dirección que ha tomado su trabajo tiene un cierto lenguaje plástico. "Si ves mis dibujos, ves que el traspaso fidedigno de mi trazo se mantiene pero es mucho más marcado. Es más escultórico. El uso no es relevante para mí sino la necesidad de comunicar, de romper los estigmas del diseño duro, función y forma ya no me interesan. Me parece más interesante abrir nuevos diálogos, incógnitas, preguntarnos por qué seguimos diseñando, por qué seguir haciendo sillas si ya está lleno. Gracias a ese discurso, que no busca ser muy elaborado, una galería en Miami, Aybar Gallery, me pidió ediciones únicas y limitadas en las que estoy trabajando ahora".

"La técnica de la cerámica es mucho más compleja que esto, en términos profesionales, del oficio. Eso no significa que esto sea fácil de hacer, significa que me interesa otra cosa. Si hoy hay astilladora automática para acelerar un proceso y hacerlo económico, a mí me interesa usar el martillo manual todavía. Estas piezas se podrían hacer por molde, rotomoldeo, aplanarlos con la laminadora y ganar tiempo. Para mí no es tiempo perdido sino un valor ganado", dice Pinto. @rodrigopintostudio

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TERE MARÍN. Ella cree que es consecuencia de haber vivido siempre cerca de una costa, de sus 15 años en La Serena, de las películas y de incontables baños de mar: el océano y la vida que se da en él siempre han llamado su atención.

Dentro de su destacada participación en Revelations –la gran la Bienal de Artesanía Contemporánea que tuvo lugar en París hace unos meses– Tere presentó dos series, "Litosfera" –de pastas oscuras y detalles de porcelana– y "Plato de fondo" –hecha completamente de porcelana y bastante surrealismo–. "En 'Litosfera' tomé como base la forma del erizo. Mis orígenes estaban muy ligados a la realidad. Hacía réplicas fotográficas de las texturas. Fui evolucionando y llegando a algo más abstracto y menos literal. Empecé a combinar el gres negro con la porcelana. Primero hago una base en el torno en pasta negra y luego voy, detalle por detalle, agregando la porcelana. Todo esto va junto al horno, tiene que secarse en conjunto si no contrae de manera distinta. Fue un trabajo que hice el año pasado y antepasado. Sigo en la línea pero con otras formas", explica Tere.

A ella no le gusta mucho definir sus piezas, busca el efecto de una obra abierta a múltiples interpretaciones. Pero de alguna manera podríamos decir que su búsqueda por formas vivientes la sumergió en el fondo del mar y ahora la lleva a las estrellas, al espacio.

'En plato de fondo' también apareció el erizo, con diferentes texturas y esmaltes en porcelana, porque es el material que mejor se presta para su trabajo tan detallista, para el tiempo que se toma en cada pieza. "También tiene base circular y el erizo en el centro, pero en esta serie incorporé elementos un poco más literales, pero con una doble lectura. Es un erizo que te puedes comer o que te puede comer a ti. Tiene que ver más con el juego, con el sentido del humor, con formas más sensuales. Con esta serie lo he pasado muy bien".

Partió haciendo apliqués de luz. Luego hizo cajas de cerámica; muchas. Trabajó mucho con placas. "La cerámica es una técnica que lleva años aprender, lograr una caligrafía propia y dominar las variables, el material, el esmalte, la quema. Muchas cosas no funcionan a la primera". Ahora juega con esas variables en piezas que contienen cristales cuya explosión es impredecible. Estas piezas también hablan de formas biológicas, de vida, como si fueran algún tipo de esporas o piedras volcánicas invadidas por organismos brillantes. También está de vuelta a las cajas, pero esta vez tienen pantallas de papel donde modula figuras de porcelana que evocan constelaciones retroiluminadas.

"En algunas piezas me gustan las bases más rústicas, más pétreas, contrastando con detalles de porcelana. Me gusta usar los distintos tipos de pasta donde más realce su materialidad. Tienen un lenguaje relacionado al origen, a lo marino, lo estelar, pero ya no en una forma literal. Las formas naturales son inspiradoras pero me gusta ir más allá. Una cosa me lleva a la otra. Me gusta mucho hacerme preguntas. Tengo el erizo y digo '¿y si le cambio la dimensión?, ¿qué pasa si a esta forma agrego estas aspas?, ¿qué pasa si el interior lo lleno de placas? Eso me ayuda a ordenarme y focalizarme", explica Tere. teremarink.cl

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